Vangelis nació el 29 de marzo de 1943 en la ciudad portuaria de Volos, en la costa este de Grecia. Fue Bautizado Evanghelos Odyssey Papathanassiou, cuyo nombre significa 'el que lleva buenas nuevas', y el segundo apellido hace referencia a que es hijo del sacerdote Athanasius.

Vangelis nació en una época de inestabilidad política en Grecia, con un rey en el exilio y la nación bajo tiranía nazi y ocupación italiana. Sus recuerdos de infancia cerca de Atenas, sin embargo, no son desagradables: "...Era un pueblo muy, muy bello. Con muchísimas flores y jardines y casas preciosas...".

Animado por su padre Ulysses, pintor, aficionado a la música y atleta en su juventud, y por su madre Claire, cantante y aficionada al arte, Vangelis pronto comenzaría a destacar como un prodigioso teclista. "...Ellos eran músicos, no de una forma profesional, solo músicos, no llegando a actuar realmente, pero en ese aspecto mi madre tenía bastante talento, pintando, haciendo música y cosas así...".

También su hermano Niko, productor musical en Italia, recibió la vena artística de la familia.

Vangelis, a los cuatro años de edad, ya era muy instintivo musicalmente: "...Cuando empecé a componer fue cerca de los cuatro años y no tenía aún memoria musical; era demasiado temprano. Pero estaba sentado al piano y utilizaba todo lo podía encontrar por casa desde el punto de vista percusivo. Me pasaba horas y horas creando sonidos o tocando lo que venía a la cabeza. No tengo recuerdos de verme componiendo. No era algo que viniera debido a ciertas influencias. Desde mis primeros recuerdos, siempre me veo sentado en el piano. Ni siquiera recuerdo estar sin música...".

Cualquier elemento, incluyendo los culinarios, era utilizado para adecuar el sonido del piano según el pequeño Vangelis: platos, cucharas, la vajilla de su madre, etc. "...Volvía loco al piano, pero nunca rompí una cuerda o algo. Todo era por el sonido...".



Pero su elemento favorito era una radio, un interlocutor perfecto entre la mente de Vangelis y el mundo sonoro exterior: "...De noche solía acostarme seleccionando interferencias y esos sonidos me volvían loco. Mi madre no era muy feliz al respecto, porque yo sólo tenía cuatro años. Era una sensación extraña la que obtenía de la radio...".

Pero lo que más nos puede llamar la curiosidad es cómo llega Vangelis a la música: "...Comencé tocando el piano. También pintando. Me atraían los ritmos y comencé a tocar la percusión. Después simplemente los desarrollé. Por supuesto, ahora estoy en el negocio de la música, pero nunca me sentí como un profesional. Necesito música. Me ha llevado toda mi vida, y tengo que tomármela como un trabajo. Es por ello por lo que tengo todos estos teclados aquí en esta habitación; porque no me gusta esperar. Si tengo que esperar, eso me vuelve loco. Si no toco todos los días me siento mal. Si toco, soy feliz. Solía tener una cama con tubos en el cabezal. De verdad que me habría gustado desmontarla y soplar por esos tubos para hacer sonidos raros...".

"...Era natural. Me recuerdo tocando el piano y cualquier cosa que pudiera encontrar en la cocina, cualquier cosa que produjera sonido. Solía tocar melodías, mis propias melodías. Me gustaba abrir ese gran piano que teníamos en casa y tiraba de las cuerdas, creando increíbles sonidos y ruidos. Traía a mi madre loca, porque pensaba que rompería el piano, pero nunca fue así. Lo hice todo con mucho respeto. Nunca golpeé el piano. Siempre trataba de crear más sonidos, pero no para destruirlo. Nunca estaba un 100% satisfecho con un sonido, el sonido convencional de un piano. Por esa época no tenía sintetizadores, pero sentí que quería algo más que el sonido convencional. Por ello mi propia forma de encontrar nuevos sonidos fue adentrarme en el piano. Por supuesto, cuando conseguí los sintetizadores, la cosa cambió...".

"...Siempre quería ir más allá de las melodías para alcanzar la totalidad del sonido. La vibración del sonido en sí misma contiene melodía, armonía y ritmo...".

En 1949, a los seis años y sin formación musical alguna, Vangelis se estrena con sus propias composiciones en un concierto ante 2.000 espectadores en un teatro local. "...Tocaba mis propias composiciones, porque no podía aprender nada más. Solo podía improvisar. Incluso ahora, cuando doy un concierto, nunca sé lo que voy a tocar. Compongo en el momento del concierto. Y hacía lo mismo a los seis años...".

Mientras tanto, sus padres comenzaron a incentivar su crecimiento musical: "...No estaba descorazonado, pero empecé muy pronto y no creo que ellos tuvieran tiempo para alentar o desalentar. Pero gracias a Dios no tuve padres que me desalentaran diciendo 'no debes hacer esto'...".

Al contrario, sus padres intentaron guiarlo a una formación académica sin éxito: "...Intentaron guiarme hacia las escuelas de música, pero nunca lo acepté, porque la concepción de la música de mis padres y de otra mucha gente es que tienes que ir y aprender, y llegar a ser un intérprete o director y todo eso, pero ese no era mi objetivo. Nunca quise serlo. Quería comprender más y más y adentrarme en el sonido. Veía la música como una ciencia más que como un arte. Creo que la música está definida de una forma muy reducida de lo que es el vasto código natural del sonido...".

"...Mis padres intentaron arrastrarme desesperadamente a clases de música, pero fallaron completamente. Para mí era imposible sentarme y aprender. Había cosas que nunca puedes aprender, igual que hay cosas que nunca debes compartir. Por tanto, nunca sentí que quería ser un músico de orquesta sinfónica, que es como ser una gran y exacta computadora que puede interpretar cualquier tema musical. Para mí, la música es una cosa totalmente diferente. Por supuesto, la música clásica siempre ha estado rodeándome, y la técnica, también. Eso es una tremenda fuente de inspiración. ¡La música jazz también!. Recuerdo que a los 12 años podía tocar cualquier estándar e improvisar. Siempre he creído que el jazz ha sido uno de los mayores lenguajes musicales. Puede que sea la mejor cosa que los Estados Unidos hayan producido jamás...".

Vangelis comenta al respecto de los músicos de jazz que más le han influido "...¡Oh, todos!. Charlie Parker, Thelonius Monk, Errol Garner, Oscar Peterson, Ella... Ya sabes, todo el mundo. Count Basie... y podríamos seguir así toda la vida...".

Al respecto de la experimentación y el descubrimiento de cosas por él mismo, Vangelis comenta: "...Los niños siempre son empujados por sus padres para que toquen el piano o algo; a mí nunca me ocurrió eso. Había un piano en casa, pero el tocarlo llegó de forma natural. Nada ha sido como eso desde entonces. Siempre sentí que debería no copiar conocimientos ajenos, porque el desarrollo personal y la experiencia son algo de máximo significado...".

Llegamos de esta forma a un Vangelis autodidacta en grado sumo, creador de una técnica personal que traduce su inspiración en música de una manera directa. "...Lo que importa son los sonidos que escuchas dentro. La gente me pregunta cómo compongo si no puedo leer ni escribir música. No puedo entender cómo pueden enseñar composición en una escuela de música. Es imposible. No le puedes enseñar a alguien a ser un compositor, lo sea o no. Los grandes músicos no lo son por sus estudios. ¡Lo son porque simplemente son grandes!. Todo lo que hago está condenado a ser realizado por mí. Mi partitura es una cinta de grabación de 2 pulgadas y 24 pistas...".